Estas carencias pueden ser debidas a causas técnicas, proyecciones mamográficas mal realizadas y lectura mamográfica errónea, o limitaciones inherentes al tipo de tumor y al tejido mamario que no permiten la visualización del tumor, tal como se ha señalado en el XI Congreso de la Sociedad Española de Diagnóstico por Imagen de la Mama
Bilbao (13/15-6-09).- El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente en las mujeres occidentales, estimándose que en los países de la Unión Europea, la probabilidad de desarrollar este tipo de cáncer antes de los 75 años es del 8 por ciento. Según datos del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto Carlos III, anualmente en nuestro país se diagnostican unos 16.000 casos al año y produce la muerte de casi 6.000 mujeres.
La mamografía (MRx) es el procedimiento de diagnóstico más conocido. “La MRx sigue siendo una exploración básica en el estudio de diversas patologías mamarias, y contribuye decisivamente a la reducción de la tasa de mortalidad por cáncer de mama, que se viene observando durante los últimos años, gracias a la detección precoz”, ha explicado Ellen Shaw de Paredes, del Institut for Women’s Imaging de Virginia (EE.UU). Sin embargo “la MRx no es capaz de detectar el 10-15 por ciento aproximadamente de los casos de cáncer de mama”, tal como ha segurado en el marco del XI Congreso de la Sociedad Española de Diagnóstico por Imagen de la Mama (SEDIM) que se está celebrando en Bilbao.
Estas carencias pueden ser debido a tres factores principalmente:causas técnicas como equipamiento obsoleto, inadecuado o falta de mantenimiento. Causas humanas como proyecciones mamográficas mal realizadas y lectura mamográfica errónea. Otras causas pueden ser limitaciones inherentes al tipo de tumor y al tejido mamario, que no permiten la visualización del tumor, “incluso con una buena técnica en interpretación mamográfica”.
Los fallos en la detección de cáncer mamario pueden reducirse si se ponen en práctica “diversas actuaciones”. Según Ellen Shaw, resulta esencial “disponer de equipamiento técnico adecuado, lo cual supone no sólo realizar la MRx con senógrafos apropiados, sino además que éstos sean objeto de revisión y mantenimiento periódicos, al igual que el resto de la cadena de imagen. En el estudio de las mujeres más jóvenes, o con mamas muy densas, la MRx Digital mejora la detección de lesiones”. Otro requisito indispensable para la detección del cáncer de mama es “disponer de personal cualificado, tanto de técnicos entrenados en realizar mamografías de alta calidad, como de radiólogos especializados”.
Por último, “la puesta en práctica de procedimientos complementarios puesto que en casos de mamas con elevada densidad mamográfica la sensibilidad de la MRx se reduce, es decir, su capacidad para detectar tumores”. En estos casos ha de complementarse la MRx con otras técnicas de apoyo como “la ecografía de mama, e incluso la resonancia magnética de mama, en algunos casos”, ha asegurado la experta estadounidense.
Análisis genético
Por otra paret, la posibilidad surgida en los últimos años de realizar un análisis genético en pacientes con múltiples antecedentes familiares de cáncer de mama ha variado los protocolos diagnósticos en pacientes de alto riesgo. Esta cuestión, según el presidente del comité científico del XI Congreso de la Sociedad Española de Diagnóstico por Imagen de la Mama, Luis Pina, “cobra gran importancia porque permite estudiar mutaciones en algunos genes que elevan de manera considerable –hasta en un 70 por ciento en los casos extremos – el riesgo de padecer un cáncer de mama”.
Este experto ha matizado que “en este grupo de pacientes de alto riesgo hay un porcentaje de mujeres que oscila entre el 10 y el 15 por ciento que corren el riesgo de desarrollar tumores. Se trata de pacientes que presentan unas características especiales que deben ser conocidas y controladas”. No es un asunto menor. Luis Pina ha alertado de que “el seguimiento con técnicas convencionales de estudio de la mama es controvertido. En los últimos años la recomendación fundamental pasa por realizar resonancias magnéticas mamarias cada seis meses en mujeres de alto riesgo, ya que permiten un control más exhaustivo, es la técnica de imagen más sensible y no emplea radiación ionizante. Por lo tanto, se impone un cambio en el protocolo diagnóstico de estas pacientes”.
Luis Pina ha advertdio que “en este tipo de pacientes con múltiples antecedentes se impone la necesidad de variar la norma de screening habitual –una mamografía cada dos años a partir de los 45 ó 50 años – de los diversos sistemas públicos de salud porque se han detectado alteraciones genéticas en mujeres jóvenes, de 30 años, que tal vez desarrollen el tumor antes de llegar a la edad estándar de control”.
En lo que se refiere a las nuevas técnicas diagnósticas, el especialista incide en que “la mamografía digital está penetrando con fuerza en el mercado, pero existen diferentes tecnologías, aún en fase de discusión. La imagen digital ha permitido, por un lado, el diagnóstico asistido por computadora, que supone una ayuda en la interpretación de la imagen mamográfica, y, por otro, la telerradiología lo que facilita el contraste de diagnósticos entre diversos especialistas”.
El presidente del comité organizador del congreso ha matizado que “la ecografía, muy utilizada como complemento de la mamografía, también está experimentando nuevas mejoras, como la elastografía y la resonancia magnética, que se está imponiendo como una técnica muy importante para valorar el tamaño de un tumor y la existencia de focos satélites, algunos de ellos no visibles mediante las técnicas convencionales, así como en el manejo de pacientes de alto riesgo”.
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