20/12/06

La tasa de incidencia del cáncer de cuello de útero en las mujeres vacunadas puede reducirse en cerca de un 70 por ciento, según expertos

“El protocolo de cribado de las lesiones precancerosas se verá modificado pero no puede interrumpirse al introducirse la vacunación”, según se ha advertido durante la presentación de un documento de consenso firmado por varias Sociedades Científicas referente a la prevención de este tipo de patología cancerosa


Redacción, Madrid (16-12-06).- El panorama de la prevención del cáncer de cuello uterino ha cambiado en los cuatro últimos años, ya que se han perfeccionado considerablemente las técnicas de detección viral, de modo que se impone la combinación de los test de VPH con la citología en los programas de prevención secundaria de este tipo de cáncer, y se están desarrollando vacunas de las que se esperan buenos resultados en la prevención primara del cáncer relacionado con el VPH.

No obstante, en la actualidad alrededor de 300 millones de mujeres están infectadas por el VPH en el mundo y unas 490.000 tienen un cáncer de cuello uterino. España es uno de los países con una prevalencia menor de la infección por VPH. Aún así, el cáncer de cuello uterino afecta en España a 2.100 mujeres cada año, de las cuales aproximadamente 740 mueren anualmente por culpa de este cáncer.

En este sentido, un nuevo documento de consenso avalado por las Sociedades Españolas de Ginecología y Obstetricia (SEGO), Patología Cervical y Colposcopia (AEPCC), Citología (SEC), y la de Anatomía Patológica (SEAP), renueva las estrategias de prevención del cáncer de cuello uterino con nuevas y más precisas herramientas de cribado y la próxima introducción de las vacunas en el horizonte más inmediato.

Mayor precisión

El doctor Luis M. Puig-Tintoré, ex presidente de la AEPCC y coordinador del recién estrenado consenso, explica que el doble cribado –test de VPH y citología- a partir de los 35 años, conseguiría mejorar la precisión y resultaría especialmente beneficioso “porque, con una mayor eficacia, haría posible que el 98 por ciento de las mujeres estuvieran bien controladas sometiéndose a estas pruebas una vez cada cinco años”. “La captura de híbridos –continúa- es la única prueba de este tipo aprobada por la FDA (Food and Drug Administration, el equivalente estadounidense de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios); y está validada por numerosos ensayos. Hay un reciente metaanálisis publicado por Marc Arbyn en la revista Vaccine volumen 24, sup. 3, agosto 2006, con información última al respecto”.

El doctor Javier Cortés, también ex presidente de la AEPCC indica que la próxima introducción de las vacunas frente al VPH “va a tener un papel determinante en la prevención primaria del cáncer cervical sin abandonar por el momento las estrategias de prevención secundaria que se exponen en este trabajo”.

Se espera que la tasa de incidencia del cáncer de cuello de útero en las mujeres vacunadas se reduzca al menos en un 70 por ciento. No obstante, la implementación de la vacunación frente al VPH inicialmente en las mujeres más jóvenes no tendrá impacto en las mayores y algunos tipos de VPH no se incluyen en la primera generación de vacunas, por lo que el protocolo de cribado de las lesiones precancerosas se verá modificado pero no puede interrumpirse al introducirse la vacunación.

Importante esfuerzo para la prevención

El doctor Luis M. Puig-Tintoré ha valorado el nuevo documento como un importante esfuerzo para la prevención “de esta compleja y problemática patología aún no resuelta de modo satisfactorio”. Este ginecólogo ha indicado que el consenso constituye “una síntesis del estado actual de los conocimientos sobre historia natural, epidemiología, cribado y recursos diagnósticos, incluyendo los nuevos test de biología molecular y las recomendaciones actuales en las actitudes terapéuticas”. Además, considera que servirá “no solamente para proporcionar una pauta basada en evidencias actuales que puedan conducir a los mejores resultados en la prevención del cáncer sino también, y no menos importante, en uniformizar conductas que permitan eventualmente un análisis valido de los resultados”.

Así, como argumenta, la reciente confirmación del papel causal del VPH en la etiología de las lesiones precancerosas y el cáncer del cuello uterino “ha abierto una enorme vía de progreso que permite disponer de un instrumento válido tanto en la detección de la presencia del agente causal, el VPH, como en la prevención primaria del cáncer cervical con una vacuna, único objetivo capaz de evitar que ninguna mujer muera a consecuencia de esta neoplasia”.

El doctor Puig-Tintoré ha explicado que la detección de la infección por VPH mediante el empleo de nuevos test moleculares como la captura híbrida o la PCR (reacción en cadena de la polimerasa, por sus siglas en inglés), “permite conocer la presencia o ausencia de los tipos de VPH asociados a lesiones epiteliales de alto grado y se ha considerado eficiente o coste-efectiva”. Por ese motivo el documento consensuado concluye que, en las mujeres mayores de 35 años, “si no se han detectado anomalías en el estudio citológico y los test moleculares son también negativos para el VPH de alto riesgo oncogénico, la recomendación actual es que puede espaciarse con seguridad el cribado mixto citológico-virológico cada 5 años”.

El doctor Puig-Tintoré ha informado, por otra parte, que el consenso que presentado tiene su precedente en el publicado en 2002, centrado fundamentalmente en el papel del VPH como causa necesaria del cáncer de cuello uterino y sus repercusiones clínico-patológicas, que establecía por primera vez un consenso español sobre las pautas de conducta para su prevención secundaria.

Los importantes avances que se han producido gracias a la colaboración multidisciplinar de epidemiólogos, patólogos, citólogos y ginecólogos ha hecho imprescindible la actualización de dicho consenso con el auspicio de la SEGO, SEC y AEPCC, sociedades a las que ahora se ha unido la SEAP.

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