Así lo ha asegurado el jefe clínico de Rehabilitación del Hospital Clínico Universitario de San Carlos de Madrid, el doctor Luis Pablo Rodríguez, en el marco del XLVII Congreso Nacional de Rehabilitación y Medicina Física de la SERMEF
Valladolid (16/18-5-09).- “No hace demasiados años, la fibromialgia era una entelequia, una enfermedad con dolor crónico inexplicable sin etiopatogenia definida”. Así lo ha asegurado el jefe clínico de Rehabilitación del Hospital Clínico Universitario de San Carlos de Madrid, el doctor Luis Pablo Rodríguez, en el marco del XLVII Congreso Nacional de Rehabilitación y Medicina Física de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF).
Aunque no existe una estadística fiable al respecto, se estima que cerca del cinco por ciento de los españoles padecen esta enfermedad, siendo nueve de cada diez, mujeres. “Hoy, el avance científico y bioquímico está cerca de paliar los síntomas del síndrome fibromiálgico, habida cuenta que se conoce la existencia de una alteración de los neurotransmisores cerebrales”, ha comentado.
Dado que hay un componente hipotalámico central en el origen de la enfermedad, durante el embarazo, el parto y la postmenopausia, cuando se producen ciertos desajustes en el organismo de la mujer, el riesgo incrementa, según el doctor Rodríguez, que ha reforzado esta idea asegurando que “el 71 por ciento de las mujeres jóvenes tienen la base genética de la fibromialgia”.
“Resulta complejo definir una serie de síntomas que permitan identificar el síndrome de la fibromialgia”. Pese a ello, este experto ha recordado algunos datos que pueden levantar sospecha. “Se estima que casi el cien por cien de las personas afectadas padecen trastornos digestivos, tres de cada cuatro sufren cuadros de fatiga, un sesenta por ciento es víctima de un sueño no reparador y un cuarenta por ciento presenta cuadros depresivos”.
El problemas para identificar la enfermedad es, en su opinión, que estos síntomas no son exclusivos del síndrome fibromiálgico. “Hay ocasiones en que se han confundido, por ejemplo, con un síndrome de fatiga crónica, uno de los problemas más frecuentes con esta patología es precisamente ése: los errores en el diagnóstico”.
Algunas voces, incluso desde el ámbito científico, han denostado la existencia de esta enfermedad. Luis Pablo Rodríguez no tiene duda alguna al respecto. “La Organización Mundial de la Salud la califica como una enfermedad y hoy en día se ha llegado casi al detalle. En función del cuadro con el que se manifieste el síndrome en el paciente, la comunidad científica ya tiene establecidos un tipo de subgrupos para identificar cuanto antes la patología”.
Sobre le papel de la rehabilitación en este campo. A juicio de este especialista, es esencial. Contribuye a la precisión en el diagnóstico a través de la localización de los puntos sensibles de presión y en la evaluación del grado en que se presenta la enfermedad. "La fórmula más eficaz de tratar el síndrome es, en la inmensa mayoría de los casos, es la conjugación entre la farmacología y la actividad física personalizada, un plan de ejercicios diseñados de manera específica para cada individuo”.
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