1/6/06

La enfermedad cerebrovascular se erige como la primera causa de muerte en mujeres

La demora en el diagnóstico, por malinterpretar o minimizar los síntomas o por la decisión de la paciente de posponer la visita a su médico, contribuye a que, muchas veces, poco se pueda hacer, de acuerdo con cardiólogos participantes en la Reunión Anual de la Sección de Cardiología Clínica y Extrahospitalaria de la SEC


Redacción, Cádiz.- Además de los factores clásicos de riesgo, como son la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la diabetes, el sedentarismo, la edad avanzada, el tabaquismo y la obesidad, en las mujeres existen otras circunstancias relacionadas con la aparición de la enfermedad cardiovascular, entre las que figuran patologías asociadas, como la artritis reumatoide; etapas de la vida, como la menopausia; condiciones físicas, como el embarazo; el hecho de que existen más mujeres hipertensas que hombres y que la esperanza de vida femenina es superior.

Por otra parte, la demora en el diagnóstico, por malinterpretar o minimizar los síntomas o por la decisión de la paciente de posponer la visita a su médico, y el retraso en la adopción de un tratamiento, contribuye a que muchas veces, cuando se detecta la enfermedad, queda poco por hacer.

Éstas son algunas de las cuestiones que destacados cardiólogos abordaron en la mesa redonda “Enfermedad cardiovascular en la mujer: del daño endotelial a la disfunción ventricular”, en el marco de la Reunión Anual de la Sección de Cardiología Clínica y Extrahospitalaria de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), celebrada recientemente en el Puerto de Santa María (Cádiz).

Según apunta la moderadora de la mesa redonda, la doctora Milagros Pedreira, del Servicio de Cardiología y Unidad Coronaria del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, “aunque en los últimos años estamos asistiendo a una prolongación de la esperanza de vida en las mujeres, a medida que vayamos envejeciendo las que nos hemos incorporado al mundo laboral, con el estrés añadido de las responsabilidades domésticas y familiares, con el mayor índice actual de fumadoras y la creciente adopción de hábitos alimenticios perjudiciales, es probable que la tendencia de la esperanza de vida no siga aumentando como hasta ahora”.

“En las mujeres más jóvenes -prosigue la doctora Pedreira, que preside el Grupo de Trabajo de Enfermedad Cardiovascular en la Mujer dentro de la SEC- el tabaco puede considerarse el principal factor de riesgo. Por otra parte, el tratamiento hormonal después de la menopausia para disminuir el riesgo cardiovascular ha demostrado ser perjudicial en algunos casos”.

Mientras que la enfermedad cerebrovascular -que puede manifestarse por trombosis, embolias cerebrales, etc.- es la primera causa de muerte en mujeres, la cardiopatía isquémica y el infarto de miocardio afectan más a los hombres. El infarto, cuando se da en mujeres, suelen sufrirlo las de más edad, especialmente las diabéticas e hipertensas, y presenta peor pronóstico en ellas que en el género masculino.

La especialista en Cardiología explica que la Sociedad Española de Cardiología ha puesto en marcha un proyecto para elaborar un Registro Nacional con objeto de conocer con exactitud la incidencia de la enfermedad cardiovascular en España ampliando los datos parciales que actualmente se tienen sobre factores de riesgo, ingresos por infarto, mortalidad cardiovascular global, etc.

Daño cardiovascular

En la citada mesa redonda sobre “Enfermedad cardiovascular en la mujer: del daño endotelial a la disfunción ventricular” se habló del daño endotelial, la hipertensión arterial, la disfunción ventricular y la insuficiencia cardiaca, aspectos interrelacionados que intervienen en la evolución del daño cardiovascular.

Al respecto, la doctora Pedreira indica que “la primera estructura que se lesiona cuando se produce un daño cardiovascular es el endotelio vascular o capa interna de las arterias”, y añade que “dicha lesión viene favorecida por factores de riesgo como la hipercolesterolemia o la diabetes, a lo que hay que añadir una gran influencia de los cambios hormonales en las mujeres menopáusicas”.

Por otra parte, la hipertensión arterial, es muy frecuente en las mujeres y se puede considerar causa y también consecuencia del daño vascular. De hecho se encuentra, junto al infarto de miocardio y las enfermedades valvulares entre las causas más frecuentes de disfunción ventricular en las mujeres, causando afectación estructural del músculo cardiaco que se traduce en síntomas de fatiga, retención de líquidos, etc.

El riesgo en las mujeres mayores

“Con la edad aumentan las cifras tensionales y en las décadas avanzadas de la vida hay más mujeres hipertensas que hombres hipertensos”, afirmó el doctor Isidoro González Maqueda, jefe de la Sección de Cardiología del Hospital La Paz de Madrid, que centró su exposición en la hipertensión en la mesa redonda. Este especialista apuntó que “la presión de pulso o diferencial aumentada –mayor al 50 por ciento de la presión sistólica- se asocia a una rápida progresión de la ateromatosis –presencia de placas de colesterol y elementos grasos en las paredes de las arterias- en mujeres ancianas”.

“Una constante en todos los países -añade el doctor González Maqueda- es que las hipertensas se tratan menos y peor, utilizando con menor frecuencia los recursos diagnósticos y terapéuticos más modernos”.

Un dato que evidencia la mayor proporción de mujeres afectadas frente a los hombres, es que “entre los pacientes que ingresan por un Síndrome Coronario Agudo hay más mujeres hipertensas que hombres hipertensos, y también hay diferencias no razonables en la elección del tratamiento antihipertensivo”. El doctor González Maqueda señaló que, “en términos absolutos, el beneficio que reporta a las mujeres el tratamiento antihipertensivo se ha observado fundamentalmente en la incidencia del ictus, mientras que en los hombres dicho tratamiento previene tanto episodios coronarios, como el ictus”.

Insuficiencia cardíaca

Otro de los ponentes, el doctor Alfonso Varela Román, adjunto del Servicio de Cardiología y Unidad Coronaria del Hospital Clínico de Santiago de Compostela, en su abordaje de la insuficiencia cardíaca, explicó que ésta “es la fase final de múltiples enfermedades cardíacas y que, aunque es más frecuente en los varones, existe un mayor número de casos de mujeres, debido especialmente a la mayor longevidad de ellas”.

Los datos disponibles sobre la incidencia de la insuficiencia cardiaca sugieren que afecta aproximadamente al 1 por ciento de la población mayor de 40 años, aumentando este porcentaje con la edad hasta situarse en el 10 por ciento en sujetos mayores de 70 años. En España la insuficiencia cardiaca es la responsable del 4 por ciento de las muertes en varones y del 8 por ciento en la mujeres. Se trata, en opinión del doctor Varela Román, de una tasa de mortalidad similar o peor a la que representan muchos tipos de cáncer”.

“En la mujer, la insuficiencia cardiaca aparece a edades más avanzadas que en los varones y es más frecuentemente de origen hipertensivo; la obesidad y el sedentarismo juegan también un papel muy importante”, señaló este especialista.

El cardiólogo recordó, en la línea de lo expuesto por sus colegas, que “el control de la hipertensión arterial y de otros factores de riesgo cardiovascular, como la diabetes mellitus, la obesidad, y el tabaquismo, son aspectos fundamentales en la prevención de la insuficiencia cardiaca, siendo su importancia, si cabe, mayor en la mujer”.

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