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Las directrices sobre las mamografías siguen causando confusión
Un año después, los expertos siguen sin estar de acuerdo sobre quién debe hacerse la prueba y cuándo
Por Dennis Thompson
Reportero de Healthday
MIÉRCOLES, 6 de octubre (HealthDay News/HolaDoctor) -- Antes, las reglas eran sencillas.
A partir de los 40, una mujer se sometía a una mamografía al año, una estrategia de evaluación que buscaba detectar el cáncer de mama en sus primeras etapas.
Pero hace casi un año, esa sencilla directriz recibió un duro golpe de parte de un panel federal que tenía la tarea de determinar las mejores y más rentables formas de proveer atención preventiva.
El Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. publicó recomendaciones sobre la evaluación preventiva para el cáncer de mama en noviembre. En ellas, indicaba que la mamografía de rutina para el cáncer de mama debía comenzar una década más tarde, a los 50 años. El grupo de trabajo añadió que la mamografía debía hacerse cada dos años, en lugar de anualmente.
El furor causado por la publicación de esas recomendaciones aún no ha terminado.
Importantes organizaciones médicas y grupos de defensa, que incluyen a la Sociedad Estadounidense del Cáncer, el Congreso Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos y la fundación del cáncer de mama Susan G. Komen for the Cure, se han negado a reconocer las directrices del grupo de trabajo, y siguen recomendando que las mujeres comiencen a recibir mamografías a los 40.
Tres grupos más, el Colegio Estadounidense de Radiología, la Asociación de Imágenes de la Mama y la Asociación Estadounidense de Enfermedad de la Mama, iniciaron una campaña en septiembre para animar a las mujeres a hacerse una mamografía anual a partir de los 40.
Y en las últimas semanas, un nuevo estudio reportó que las mamografías de rutina para las mujeres a partir de los 40 reducen el riesgo de morir de cáncer de mama, pero otro encontró que las mamografías de rutina daban cuenta de apenas un tercio del declive en los índices de mortalidad por cáncer de mama observados recientemente.
Pero todo esto ha generado preocupaciones de que tanto mujeres como médicos, confundidos por los mensajes contradictorios entre grupos de expertos enfrentados, podrían simplemente renunciar a la mamografía, lamentó Robert Smith, director de evaluación del cáncer de la Sociedad Estadounidense del Cáncer.
"Es una preocupación muy real", aseguró Smith. "Pienso que en realidad ocurre entre algunas mujeres y sus médicos".
Incluso cuando había directrices claras, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. encontraron que apenas dos de cada tres mujeres mayores de 40 años se habían hecho una mamografía en los dos años anteriores.
Y dada la nueva confusión, Smith advirtió que "podemos suponer que hay algunos profesionales clínicos que estarán menos motivados para prestar atención a la evaluación en este grupo de edad, debido a las recomendaciones contradictorias".
El conflicto podría tener implicaciones peligrosas para la salud de las mujeres. El cáncer de mama afecta a una de cada ocho mujeres durante sus vidas, y mata a más mujeres en Estados Unidos que cualquier otro cáncer, con excepción del de pulmón, según los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. Se espera que casi 40,000 mujeres mueran de cáncer de mama este año, y se diagnosticarán más de 207,000 nuevos casos.
Smith señaló que aún es demasiado pronto para determinar mediante datos sólidos cómo las directrices contradictorias afectan las decisiones y juicios de las mujeres y sus médicos. Pero ambos lados tienen evidencia anecdótica sobre cómo responden los médicos a la controversia.
Una encuesta de Internet que publicó Annals of Internal Medicine, una revista médica, entrevistó a 651 personas, de los cuales alrededor de la mitad afirmó que eran médicos. De los médicos que llenaron la encuesta, dos tercios dijeron que dejarían de ofrecer mamografías de rutina a las mujeres de 40 a 49 años, y que les dirían a las mujeres menores de 75 años que debían hacerse la prueba cada dos años en lugar de anualmente.
La editora de la revista, la Dra. Christine Laine, apuntó que no se debe dar demasiado peso a los hallazgos de la encuesta, ya que la gente que participa con más frecuencia en estas encuestas en línea son los que están involucrados de manera más vehemente con el tema.
"En realidad, ha pasado muy poco tiempo para decir si ha habido un impacto en la práctica", señaló Laine. "Hablamos de una prueba que, incluso si se hace anualmente, es demasiado pronto para que algunas mujeres se la hayan hecho".
Laine dijo que ha notado evidencia anecdótica de que la resistencia a las recomendaciones del grupo de trabajo parece depender de qué "lado" médico apoye el profesional.
"Los radiólogos, que tienen mucho que perder si la mamografía se hace con menos frecuencia, se muestran bastante descontentos con las directrices", aseguró. Por otro lado, los médicos de atención primaria parecen respaldar más las recomendaciones del grupo de trabajo, y creen que están bien fundamentadas en ciencia sólida.
Smith dijo que podía entender por qué los médicos se inclinarían a seguir las nuevas directrices, ya que muchos tienen demasiado trabajo y muy poco tiempo. "Cualquier oportunidad de dejar de hacer algo sería bienvenida por ellos", dijo.
Al mismo tiempo, aseguró haber visto por sí mismo evidencia circunstancial de que muchos médicos seguirán fieles a las directrices anteriores.
Smith asistió a una reunión reciente de la Asociación Nacional de Médicos, en que se preguntó a los asistentes qué directrices seguirían. Más del 90 por ciento afirmó que seguirían las directrices establecidas promovidas por la Sociedad Estadounidense del Cáncer, contó.
Smith señaló que la Sociedad del Cáncer cree que el grupo de trabajo no tomó en cuenta los impactos más amplios de la enfermedad sobre la sociedad en sus conclusiones, que se basan en el hallazgo de que a cientos de mujeres adicionales de 40 a 49 años, en comparación con el número de mujeres de mayor edad, se les debería invitar a hacerse una mamografía para prevenir una muerte.
"Si se tiene una enfermedad que es una causa principal de muerte entre las mujeres de 40 a 49 años, y una causa importante de muerte prematura, aunque haya que invitar a más mujeres a evaluarse sigue siendo una buena inversión de los recursos de atención de salud", enfatizó Smith.
El grupo de trabajo llegó a sus recomendaciones usando datos incompletos que no toman en cuenta los avances que se han hecho en la mamografía moderna, añadió.
"La calidad técnica de la mamografía ha evolucionado con los años, al igual que la capacidad profesional de analizarlas", planteó Smith.
Pero los avances de la mamografía moderna han mejorado el diagnóstico en las mujeres mayores, respondió Laine.
"Las técnicas modernas no son necesariamente cosas que serían útiles en mujeres más jóvenes, las que son tema de este debate", apuntó. "Dichos argumentos son especulativos porque no hay datos que confirmen qué tan exitosas son las nuevas técnicas en el tratamiento de mujeres más jóvenes".
Al final, las recomendaciones del grupo de trabajo analizaron arduamente los datos, y pusieron en una balanza el riesgo de tratar los falsos positivos y los cánceres que no reducirían la esperanza de vida contra las recompensas de detectar el cáncer de mama temprano en algunas mujeres de 40, dijo Laine.
"Las directrices del grupo de trabajo no dicen que no se haga", apuntó Laine. "Dicen que no se haga de forma automática, porque los riesgos y los beneficios son sutiles en las mujeres más jóvenes. Hay que conversar sobre dichos riesgos y beneficios con las pacientes más jóvenes. Lo que parece ser algo que alegraría a las mujeres".
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